MAR
Mar, mar, mar,
al oído susurran las conchas
en su canto infinito,
cabalgando en las aguas
a la arena llegan, la orilla,
ornada de encaje de espuma.
Tus pies se reflejan
en suelo cristalino,
que, cual espejo,
te entrega tu retrato intimo.
Es una cuenca turquesa y sobre ellos,
el azul de la aurora.,
ingente ojo del mundo,
en su fondo, la luna anclada,
es visada por los rayos nocturnos,
al romper el alba, acuna al sol
y en vigilia nubes de gasa.
Mar, mar, mar,
repiten gaviotas el susurro,
agua, amante vagabunda
desliza sus dedos
lamiendo tu dorso desnudo.
Danza, el platino labrado de hondas,
meciendo su vientre cargado de conchas,
trona el eco parido en las rocas